jueves, 2 de enero de 2014

26ª Ruta: Subida al Castillo de Matrera.


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NOTA INFORMATIVA
Cortita e interesante.¡Que disfrutes esta ruta!


CARACTERÍSTICAS DEL PATEO
Fecha de la ruta Diciembre-2013
Distancia 4,5 kms.
Tiempo empleado 2,40 h. (con paradas, fotos y búsqueda del sendero de vuelta)
Trazado Circular
Comienzo Aparcamiento ermita Virgen de las Montañas
Final Lugar de origen
Dificultad Baja (Sendero no señalizado y confuso de regreso del castillo al mirador)
Recomendación Posible hacerla con niños

Información extraída del portal de Villamartín para los que quieran conocer la historia de este castillo o fortaleza (Pincha aquí).


La Fortaleza de Matrera está situada a una altitud de 526 metros, en el término municipal de Villamartín. El acceso actual se realiza a través de la carretera A-342 (Jerez-Antequera), que al llegar a la localidad enlaza con la A-373 (Villamartín a Ubrique), en cuyo punto kilométrico 9,5 se encuentra la sierra de donde toma su nombre popular de Torre "Pajarete". Se trata de un macizo calcáreo de las denominadas pequeñas sierras subbéticas, desde el que se puede establecer una visual de toda la campiña gaditana y sur sevillana, así como del Parque Natural de la Sierra de Grazalema. 

Matrera formó parte del cinturón exterior de la llamada Banda morisca, junto con los castillos cercanos de Lopera, Cote, El Águila y El Bollo. Esta demarcación fronteriza estaba destinada a defender la ciudad de Sevilla y su comarca de las incursiones musulmanas desde la inmediata Sierra de Cádiz. 
No es cierta la existencia de una Matrária celta de la que procediera el nombre actual. Las recientes investigaciones arqueológicas han detectado únicamente vestigios tartésicos e ibéricos, que durante el primer milenio antes de Cristo también utilizaron el Cerro Pajarete como atalaya estratégica. 
De su extraordinaria importancia dan cuenta los textos históricos medievales y los testimonios arqueológicos. A mediados del siglo XIII las cortijadas, villa y fortificación islámicas de Matrera debieron someterse al protectorado castellano de Fernando tercero, como el resto de la región. De la primitiva edificación andalusí anterior aún quedan vestigios construidos con tapial en algunas zonas de la parte inferior de la Torre. 
En 1256, la villa, el castillo y las aldeas dependientes de la jurisdicción con todos sus términos, fueron donados por Alfonso X a la Orden Militar de Calatrava, que la había conquistado. Sin embargo, Matrera, al igual que el resto de la región, sufrió directamente las consecuencias de la revuelta mudéjar de 1264. Los trabajos arqueológicos realizados en el término Municipal han demostrado que las aldeas andalusíes fueron abandonadas precipitadamente con motivo de la represalia cristiana posterior. 

En torno a los primeros años del siglo catorce, Matrera volvió a manos musulmanas, pero este dominio duró poco. Junto con Alcalá la Real (de Jaén), y Priego, Rute y Benamejí (de Córdoba), el castillo fue reconquistado en 1341 por Alfonso Once: “… et fue la torre Matrera ça en aquel tiempo non avía y otra puebla, si non la torre solamente, et moró y cinco días, et los moros entregarongela”. 
En 1342, el monarca concedía a Sevilla el castillo de matrera y sus territorios. El Concejo Hispalense se erigió con su administración desde este momento y hasta el conocido Pleito de Matrera, con motivo de la lucha por al tierra, que comenzó en el siglo XVI y duró hasta principios del siglo XIX. 

La importancia de Matrera viene reflejada en el presupuesto que suponía su guarda y defensa. Sevilla debía librar anualmente una suma de 18.000 maravedíes en metálico más 60 cahíces de trigo. Este coste se destinaba a los sueldos de ballesteros que incrementaban la guarnición en caso necesario; se mantenía la fortaleza en adecuado estado de defensa, enviando maestros albañiles y caleros, se reparaban las puertas del castillo y se limpiaba su aljibe. Igualmente se pagaban las flechas de ballesta, las piezas de artillería conocidas como “trueno”, con su correspondiente pólvora y proyectiles, y se cubrían las necesidades alimenticias de sus defensores.

No obstante, Matrera continuó siendo objetivo musulmán. En 1408, el rey de Granada Yusuf III atacó matrera desde Zahara, siendo rechazado por el infante Don Fernando. En 1445, Matera fue asediada por los granadinos, que fueron derrotados por el conde de Arcos. El ocaso de la fortaleza tuvo lugar con el final de la conquista del Reino de Granada en 1492, a partir del cual su declive debió acentuarse, quedando reducido a los restos que observamos en la actualidad. 

El Castillo de Matrera es de construcción cristiana. El amplio patio de armas es de planta poligonal ligeramente elíptica, de grandes dimensiones, y con dos puertas de acceso, denominadas Puertas del Sol y de los Carros, que se abren al sur y poniente respectivamente, defendidas por robustas torres de planta cuadrada. El recinto fortificado también está defendido por varias torres de flanqueo, de las que hoy sólo se conserva su arranque. 

Aunque existen vestigios de otras construcciones, en la actualidad solo destaca en la zona norte del recinto la Torre del Homenaje, de planta rectangular, en el lugar más infranqueable. La defensa previa de la torre se completa mediante una leve y simple camisa de protección. Es una construcción sumamente robusta, formada por dos plantas y un terrado. La primera se cubre con una bóveda de medio cañón, a base de lajas de piedras irregulares. La segunda planta ofrece la misma cubierta, en este caso con ladrillos rojizos regulares. En la Torre ha desaparecido su paramento este y parte del norte, dejando al descubierto las bóvedas y faltando el sistema de acceso a las plantas, supuestamente situado en el flanco oriental. 

El castillo de Matrera es Monumento Nacional desde 1949 y está protegido por las Normas Subsidiarias de Villamartín. Aparte de sus valores históricos, su entorno de monte bajo cuenta con un gran interés natural y paisajístico. Ya en el siglo XIV era citado en el Libro de la Montería de Alfonso XI como buen lugar para la cacería del jabalí. El Ayuntamiento de Villamartín gestiona su restauración y puesta en valor, con la creación de un circuíto de visitas.

(Esto lo añadimos nosotros). Después de lo que hemos visto en nuestra visita creemos, con una visión muy particular, que lo de la restauración está brillando por su ausencia a fecha de hoy. 

Esta ruta la empezamos en el aparcamiento de la ermita de la Virgen de las Montañas.

Bonitos olivos al lado mismo de la ermita.



Pasada la ermita cruzamos la carretera antigua y nos metemos en el sendero hacia la izquierda.

Dicho sendero nos lleva hacia el aula de la naturaleza, en un desvío a la izquierda, donde encontramos este cartel explicativo.

Volvemos del aula, en la izquierda de la imagen, y tomamos el camino de la derecha hacia nuestro objetivo.

En el camino obtenemos la imagen de Bornos...

y Villamartín.

Cruzamos esta canc..., angar..., somier de muelles.

Un poco más adelante con el sol despuntado.

Cruzamos esta segunda cancela junto a este olivar.

Atención a la protección de seguridad de este pozo. ¿Cómo era eso de que debemos reciclar ahora?

Vamos teniendo este olivar a la izquierda y...

...a este bicho suelto a la derecha.

Ahí tenemos a la vista nuestro objetivo.

Por la derecha de la casa sale un camino indicado hacia la derecha, en sentido contrario al lógico de subida al castillo. Luego girará hacia la izquierda. Está hitado y señalizado.

El sol sólo nos deja ver la silueta de las sierras.

Fortaleza de Matrera.

Restauración de hito.

Desde esta fortaleza vemos el Castillo de Cote, cerca de Montellano.

También se puede divisar Montellano, a la izquierda y el castillo anterior en el cerro de la derecha.


Lo que queda de la Torre del Homenaje del Castillo de Matrera.

Está completamente vallado por su estado ruinoso. Por eso decíamos lo de la restauración en el principio de esta entrada y eso que es patrimonio nacional.

Prado del Rey visto desde el castillo. El sol nos está fastidiando las fotos.



Colmenas.

Montellano con el zoom a tope.

Castillo de Cote con el zoom a tope.

Trasera de la Torre del Homenaje. No saltamos la valla para hacer fotos más de cerca. A esta distancia ya nos ha dado bastante pena del estado ruinoso de esta fortaleza.

Ahí, mi compi, en un momento de retiro hartándose de llorar. Será mejor que lo dejemos solo unos minutos para que se recupere de la impresión.


Interior del patio con la vista de Bornos al fondo.

En la muralla, cerca de la puerta de entrada al patio.

Iniciamos el regreso por un camino que no es el de ida. Recomendamos volver por el de ida. Éste que cogimos pensábamos que nos llevaría a un mirador y no fue así. Queriendo nosotros ir a ese mirador, estuvimos para arriba y para abajo hasta que por orientación, y yendo a veces campo a través, encontramos el camino adecuado. Perdimos mucho tiempo y en la vista aérea (al final de esta entrada) no tenemos claro que ese fuera el recorrido que había que hacer.


Foto protesta. No ensucies el campo.

Llegando a esta alambrada sí que tenemos claro un camino señalizado hacia el mirador que estábamos buscando.

Desde aquí vemos la ermita bastante cerca.

Señalización del camino al mirador.

El ya famoso mirador.


Azulejo en el bajo del mirador.


Vista de Prado del Rey desde este mirador.

 ¿Cómo pueden dar estas encinitas estas bellotas?



El camino de salida del mirados está muy resbaladizo por la arenilla suelta y la pendiente.


Llegamos a este rocódromo con salientes artificiales.

Nada más verlo, mi compi se lanzó a subir por tan peligrosa vertical...

...aunque, la verdad sea dicha, sólo llegó hasta este punto. Eso sí, sin utilizar cuerdas ni nada de seguridad. ¡Con dos coj...!


Seguimos bajando hasta encontrar el sendero que llevamos de ida hacia el castillo y volvemos a la ermita para finalizar esta ruta. Esta es la que será la última del 2013.


Vista aérea de la ruta.





6 comentarios:

  1. Hola Pacorrillo.
    He pasado centenares de veces por la carretera y nunca me he detenido en la Ermita.
    Interesanente y agradable ruta que hay que realizar.
    Por cierto, ¿el mastin seria pacifico, me imagino?
    Saludos desde Carmona y Feliz 2014

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    1. Miguel Ángel:
      Efectivamente el mastín era pacífico pero era de esos que no ladran y cuando se acercó a nosotros, la verdad sea dicha, nos asustamos un poco. Ningún perro muerde a las personas hasta que lo hace por primera vez... Saludos y feliz año 2014 para ti y los tuyos.

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  2. Un saludo, tocayo.
    Bonito recorrido. Nunca me ha dado por andar esa zona... habrá que tenerla en cuenta a partir de ahora.
    Oye, las bellotas son de coscoja, ¿no?. Yo este año he recolectado bellotas de encina, alcornoque y coscoja, y las he metido en un tiesto de plástico, con buena tierra. Llevo dos meses regando, y este finde han empezado a salir los brotes de la tierra... no veas como crece, ¡que bonito!. Dentro de dos años, me llevaré la maceta a una ruta, haré un hoyo, y meteremos el mogollón de plantones juntos, sin tocar raíces, que ya tengo experiencias negativas al intentar toquetear la raiz.
    Y ya que la naturaleza se encargue de ellas... lo importante es participar, ¿no?
    Este finde hemos estado por el endrinal, que ya era hora... un saludo, y espero que te guste nuestro parecer, igual que me ha gustado el tuyo.

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  3. Fran:
    Creemos que sí son coscojas. Aunque en la entrada gastamos una pequeña broma y ya nos damos cuenta de que los que nos siguen saben una "jartá" de todo. Somos, ambos dos, un par de ignorantes, mi compi y yo. Un saludo y que tengas buenas rutas.

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  4. jjaja sois los mejores !! Un saludo desd Montellano !!

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